REALIDADES PARALELAS

Por: Materia Prima

Imagina lo siguiente, caminas por un centro comercial de la ciudad y te diriges al área del “Food Court”, tienes más de ocho opciones de restaurantes para escoger, con comida de todo tipo, así como de todos los precios. Tienes en tu bolsillo suficiente dinero para poder comer aquel menú de tacos o de hamburguesa que tanto te gusta. Por tu mente pueden pasar las siguientes reflexiones: “eso comí ayer”, “no me gusta la salsa que le ponen”, o quién sabe cuantas cosas más.

Ahora piensa que distinta es la vida de Miguel, se levanta en la mañana con un agujero en el estómago porque la comida de ayer se redujo a algunas hierbas y semillas. Al dirigirse al área donde se cocina en su casa, porque no es una cocina, no hay nada que comer, solamente un vaso de agua un poco turbia. Sin más, sale para la escuela, con ilusión, y no porque le gusten las clases, si no porque está seguro que ahí le darán un plato de avena. Y sabes que es lo más triste de todo esto, Miguel no es un niño que vive lejos de ti, por el contrario, es un niño que vive en Guatemala.

Esta es la realidad de muchísimas personas en el mundo, tanto la tuya como la de un niño como Miguel; puedes tener la certeza de que cada cinco segundos, una persona muere en alguna parte del mundo por desnutrición, Guatemala no está exenta de esto. Si nos disponemos a hacer cuentas, aproximadamente, mueren 64,000 personas cada día porque no tienen los medios para llenar un estómago vacío; esto nos lleva a que anualmente mueren entre 10 y 30 millones de personas. Estas no son cifras mías, por el contrario, la ONU las publica cada 16 de octubre.
Sólo para terminar de echarle un vistazo a los números, actualmente hay 840 millones de personas que sufren desnutrición crónica. Y si nos queremos ubicar en la situación de nuestro país, en 1990 el 14% de la población sufría de hambre, para el 2000, el 25%; esperemos que para el 2010 no lleguemos al 36%...

Vivimos en un mundo en el que se promueve la agricultura altamente especializada, alimentos enriquecidos con proteínas y modificados genéticamente para que luzcan más atractivos a la vista y tengan, a la vez, un mejor sabor. E irónicamente, el hambre es la principal causa de muertes en el mundo; de acuerdo con el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, “el flagelo del hambre mata a más gente que el SIDA, la malaria y la tuberculosis combinados”. Me parece impresionante como en el mundo podemos encontrar realidades tan distintas en un mismo momento.

Entonces, ¿Es este un artículo para que sientas remordimiento? o ¿Para responsabilizarte por el hambre de los demás? En absoluto, es con el propósito de que te sientas afortunado que tienes suficiente comida en casa, tanta, que te puedes dar el lujo de hacer dietas o de saltearte tiempos de comida porque así lo deseas. Que te sientas agradecido con tus padres por el esfuerzo que hacen al ir a trabajar para darte todo lo que necesitas, y para que te sientas comprometido con ayudar a aquellos que no tuvieron la misma suerte que tú. Es por esto, que te digo, si deseas ayudar no debes irte tan lejos, en África hay cientos de voluntarios, que deben pagar por hacer trabajo social ahí. En Guatemala, tienes muchísimas organizaciones, municipios, y aldeas que buscan voluntarios. ¡Casi desesperadamente! No se trata de regalar todo, si no de proveer los medios para que quien se muere de hambre pueda llegar a saciar su hambre y desarrollarse a largo plazo.

"El hombre de los países industriales ha llegado a la luna dominando la naturaleza. ¿Es justo que el hombre ponga un pie sobre la luna? ¿O no sería más justo que los grandes países pongan los pies sobre la tierra y se den cuenta que hay millones de personas que no tienen trabajo y que sufren de hambre?" Salvador Allende