Un problema fatal: la mediocridad (por: Pistacho)

La mediocridad es conformarse con lo que se tiene y dejar de buscar ideales que nos permitan un mejor futuro, mayor evolución y mejor situación de vida; la falta de ideales es una limitante de las visiones de futuro, y aquél que no es mediocre lucha por sus ideales y va más allá de idearlos, pues los pone en práctica. Todos en algún momento hemos sido mediocres, ya sea que hemos hecho algo por salir del paso o bien, trazamos nuestras metas y objetivos luego buscamos cumplirlos y cumplirlos bien, pero no buscamos cumplirlos con perfección y excelencia; hemos sido entonces conformistas mediocres.

La mediocridad es algo que afecta completamente a cualquier sociedad. Pondré como ejemplo un empresario joven y emprendedor. El, motivado por la idea de un mejor futuro, decide comenzar su propio negocio y así producir para sí mismo. El joven arranca y luego de algún tiempo, de mucho trabajo y dedicación lo logra, ha conseguido su meta, ya se ha establecido su empresa en un mercado que le permite crecer. Ahora, él tiene la oportunidad y capacidad de crecer mucho más y de expandirse, pero no lo hace.  Probablemente por miedo al fracaso deja de crecer porque está bien de esa manera, ya logro el “éxito”, que es hasta donde logra ver el hombre mediocre. El joven emprendedor se acomoda, se estanca. Esto es un freno al desarrollo de cualquier sociedad porque la empresa detiene su desarrollo y si todos los jóvenes emprendedores se conforman con el éxito, el progreso del país se paraliza. 

Por otra parte, la mediocridad tiene tres principales factores que funcionan conjuntamente con ella, y van ligados al miedo. El primer factor es el miedo al fracaso, que es justificable hasta cierto punto,  pues como humanos lo que menos deseamos para nosotros es el fracaso, este miedo es muy parecido al conformismo, de nuevo pongo como ejemplo al joven empresario, tener miedo de arriesgar el capital para expandir su empresa podrá justificarlo mediocremente con creer que está bien.

El segundo factor es el miedo al qué dirán. A diferencia del anterior, no es justificable bajo ningún motivo, razón o circunstancia. Nunca debe importarnos el qué dirán quienes nos rodean, y esto es perjudicial cuando limita nuestra actividad y nos rebaja a la conformidad. El tercer factor opera psicológicamente: el miedo a vernos con situaciones “más grandes que nosotros”. El empresario que deja de crecer independientemente de los dos factores anteriores por el miedo a verse con un peso “mayor al que su espalda puede contener” es mediocre. Limitar su empresa por la idea de que entrará a un campo desconocido donde hay un  reto  más grande que él, es muestra de un empresario cobarde, sin ideales y por tanto mediocre. Un ideal es la perfección del presente, por esta razón los ideales representan progreso y con ellos logramos salir de un estilo de vida mediocre.  

Es necesario dejar la mediocridad, el conformismo, los miedos y cualquier otro obstáculo atrás, es necesario hacer a un lado toda limitante que se ponga en nuestro camino. Esto nos permitirá crecer, evolucionar, mejorar nuestro nivel de vida, nuestra autoestima, tener un mejor futuro, perfeccionar el presente y sobre todo, no dejarnos caer en el  estado de mediocridad en el que  podemos llegar a vivir. Dejar de concluir bien las cosas pudiendo hacerlo con excelencia es mediocre de nuestra parte, debemos luchar por la perfección.

Hay una frase impactante de Bertolt Brecht y dice así: “En la vida hay hombres que son buenos un día y son simplemente  buenos; hay otros que lo son un mes y son muy buenos; otros que son buenos años y son excepcionales;  pero hay otros que son buenos toda la vida y esos son imprescindibles”.